martes, 3 de marzo de 2009

LA INFLUENCIA DE SANTIAGO

Santiago Matamoros,
iluminado,
que hizo el milagro
impensado de que Rajoy
arrasara en Galicia.

Me encontraba precisamente en Galicia cuando se celebraron las elecciones autonómicas. Tenía que cargar varias toneladas de pescado para el mercado de Madrid, desde donde al otro día debía de salir a las tantas de la madrugada. Galicia, sigue siendo franquista. Y muy religiosa. Hubo quien manifestó públicamente que el PP había arrollado de la forma que lo hizo, gracias a "Santiaguiño", el bon apóstol matamoros, cuya catedral memorística se encuentra en Compostela, así que hay que decir Santiago de Compostela, que no es compóntela como puedas, Santiago, que para eso la influencia del apóstol es grande, un poco menos grande que era la de Francisco Franco Bahamonde, a cuya gloria se nombró al Ferrol como del caudillo: Ferrol del Caudillo. Lo del caudillo se anuló, lógicamente. Y es que ya estaba bien, oiga.
Si no son gallegos, están en Santiago,
que viene a ser lo mismo,y por tanto
no se sabe si van o vienen, si salen o entran

Pero el caso fueron las elecciones celebradas este pasado domingo, 1 de marzo, donde unos y otros no las tenían todas consigo; cada cual deseaba arrollar al otro e incluso el pueblo mantenía ciertas dudas sobre quién saldría ganando. Salió y por mucho, el Partido Popular; tanto que hasta él mismo no se lo creía. De ahí que hubo quien señalase que el milagro había sido por la intervención del santiño Santiaguiño. Y vaya usted a saber, a lo mejor fue eso. Acuérdese del dicho extendido que cuenta del gallego que "el que no la da en vida, la da en muerte"además de que, cuando tiene que contestar algo o a alguien lo hace siempre con una pregunta --¿y por que no, carallo?-- como respuesta, a todo lo cual hay que agregar que el gallego no se sabe si viene o si va, si sube o si baja...por lo cual, cuando estaba en el aire el resultado de las elecciones, como buenos gallegos, de cuyo pueblo está orgulloso don Mariano Rajoy, salieron torcidas y cambiaron el rumbo, dejando como dejaron las cosas :claras y en el suelo. Y lo que resultó, resultó.
Como no podía ser de otro modo,
Rajoy y Feijóo se abrazan.
La victoria, a veces, es caprichosa.

Mariano Rajoy, que estaba pendiente de un hilo, se vio fortalecido y bien sujeto. Salió con aureola y todo de lo feliz que se le veía.Así que,como le aconsejó Feijóo, lo mejor que hace Rajoy es hacer el "camino de Santiago, que purifica el espíritu y la carne, como lo hizo él y por eso ganó y con ello purificó la rara actitud que anidaba en su partido. De todo este tinglado, lo que más me encorajina es que, cuando voy a ruta, al poner la radio, tengo que escuchar lo buenos que son los que ganaron y lo malos que resultan los que perdieron. Y no acabo de escuchar que Rajoy expulsó de su partido a alguno de sus muchos corruptos, que también los tiene y que toma buena nota de los socialistas que sí expulsaron a un alcalde en Andalucía por corrupción. Y mientras no haga eso, a mi me da lo mismo que diga que son muy buenos porque ganaron, si a los que son malos, los siguen albergando y encubriendo, protegiendo y amparando. Así que no hablen tanto, que también tienen porqué callar.

1 comentario:

aruca dijo...

Yo que de lo que mas presumo es entre otras cosas de ser demócrata,me alegro por los del PP,su triunfo en las elecciones.
Pero de otra cosa de las que presumo es de ser de pueblo;es decir de ser aldeana.
Pero el ser aldeana no es sinónimo de ser ignorante.
Así que todos recordaremos las veces que tuvimos que escuchar que el PSOE cuando gana las elecciones es gracias al voto rural;es decir al voto de gente no cualificada que según algunas personas de la derecha española,somos gente ignorante.Y ahora ellos...¿quien les ha votado?sólo los intelectuales?O también había en las urnas algo de la Galicia profunda?