sábado, 28 de noviembre de 2009

QUIEN MUCHO HABLAS, MUCHO YERRA




Tras casi tres semanas fuera de Gijón, al regreso las cosas no están mejor. Salir con un transporte a diversos países de Europa mientras quedaba el PP lanzando bolas fuera y, al regresar, todo sigue igual. Más bolas fuera. Y quien más tira bolas fuera del castro, es Rajoy. Este señor debe creerse el propio Dios. No tiene arreglo.Y lo peor es que, mientras no aporta ni una puñetera idea válida y digna de consideración, no hace más que desvariar. Habla de llegar a la Moncloa y no dedicarse a hacer tonterías. Como si los demás las hicieran. ¿O sí ?. Porque si nos retrotraemos al señor Aznar y a la señora Botella, cuando se lucían por los jardines monclovitas, no hay duda que mostraban una tontería que no era fácil de soportar.

Ello es que el Rajoy Brey, cada vez que interviene parece que mitinea hasta a sus propios amigos, si es que los tiene,no hace otra cosa que desacreditar a los demás y situarse él, como aquel caudillo de su región, por encima de lo habido y por haber. El lo es todo; los demás, o sea, el Gobierno, no son nada, y Rodríguez Zapatero,menos que nada. Desde luego, si Rajoy Brey llegase a ser presidente del Gobierno de España, tendríamos que ponernos en lo peor.Y es que un individuo tan vacío, que sólo enarbola su verba funesta y sus egolatría huera, sería una desgracia para España. No diré que sería volver al franquismo, pero no sería por que no lo deseara Rajoy Brey, que sí lo desea, ya que así, podría seguir elevándose sobre la nulidad de su persona, igual que el Caudillo, que se creía elegido de Dios para gobernar...

Como lo de Rajoy Brey y las engoladas Cospedal y Sáenz de Santa María, y "La pinta",además de La Niña de Rajoy (¿se acuerdan?) no tiene arreglo, preferible es cesar por hoy esta cuestión, eso si, advirtiendo que quien mucho habla, mucho yerra, que es lo que le sucede al líder de los Pepés. Su porte inhiesto, de paso marcial, su forzada sonrisa y su parpadear detrás de los cristales de sus gafas, no es suficiente para que haya que fiarse de él. Su historial está más lleno de fracasos políticos que de éxitos. Así que...

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