martes, 22 de febrero de 2011

OCASION PARA MEDITAR


La señora doña Esperanza Aguirre, se ha operado de algo. Que no sea nada. Un quiste o algo que suele darse en muchas mujeres.Por ejemplo, cáncer de mama. El de Esperanza Aguirre, lideresa y presidenta de la Comunidad de Madrid, es al parecer benigno. Nos alegramos. Todos se alegran.Incluidos los adversarios políticos, los de su bando y los del bando contrario.Todos. Y es que uno es la política y el tirarse los trastos a la cabeza y otro es eso, ser demócratas, humanos, personas, que nada tiene que ver con la diversa disparidad de criterios ideológicos. Así que unos y otros, todos, le han deseado -- y le desean-- pronta recuperación y que lo del quirófano que no sea nada.O sea leve.
Y sin embargo, aunque no sea nada, una intervención quirúrgica siempre da lugar, ocasión y tiempo para meditar.Sobre todo si no se tienen muchas visitar que te impidan hacer balance de obras y acciones. Meditar, sopesar actuaciones, acciones, criterios, divergencias con los del bando contrario, analizar si son tan malos los demás o nosotros, en la habitación del hospital, somos mejores que los demás....Y a lo mejor se llega a la conclusión que hay de todo en todas partes. Bueno y malo. Y que al enemigo ni agua, pues no; a la mejor se llega a desear,una vez repuestos de la operación quirúrgica,tomar unos buenos vasos de tinto, que es el vino clásico de los españoles, y el vino de nuestra tierra, de todas las tierras de España...

Bueno, pues eso. Que no sea nada lo sufrido y padecido. Y, una vez salida a flote, libre de riesgos y recuperada para la vida política y la vida social y la vida civil, que vea que, como presidenta de la Comunidad madrileña, no es insustituible. Que otros--y otras, pueden regir los destinos de esa región igual que ella--o mejor, quién sabe. Después de todo, en la viña del señor suele darse lo habido y por haber. Y además, es menester que deje paso a sus adversarios políticos, para que sepan lo que es bueno gobernado una país de descontentos. Y para que los nuevos que lleguen ahí, al despacho oficial del Madrid rompeolas de España, sepan lo que es bueno.

Otro día, más.

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