miércoles, 5 de noviembre de 2008

A MÍ, ME RESULTAN REPELENTES

Lo confieso públicamente, que es el mejor modo de ridiculizar a los curas, que aunque digan que guardan el secreto de confesión, nada es menos verdad que sus palabras. Así que confieso que hace algunas fechas vengo escuchando la COPE. Sí, señor. Pero no por afinidad ni por buena voluntad; la escucho para saber qué dicen sus dos más discutidos --y justamente mal vistos y oídos-- locutores, predicadores de la emisora de los obispos, el tantas veces --por algo será-- demandado ante tribunales Federico Jiménez Losantos, llegado rebotado de una ideología despreciada y odiada por la Iglesia y Cesar Vidal, al que hemos leído en publicaciones de la Iglesia Evangélica y del que hemos oído que antes fue también --que lo dudo-- izquierdista furibundo.

Confieso que al escuchar a estos dos renegados de una causa, que defendieron y a la que volvieron la espalda y ahora abrazar otra causa, que defienden por encima de todo y más de lo que cabe imaginarse, mientras insultan y despotrican contra aquello de lo que proceden, no otra cosa que repulsión y desprecio cabe sentir hacia ellos. ¿Y por qué? ¿Por qué salieron de un seno, sino sano, para caer en otro seno menos sano y de más cieno?...Pues no. Eso, allá ellos. Lo que solivianta es escucharles, a uno por la mañana y a otro por la noche. Parecen cortados del mismo percal y medido por el mismo rasero. Y ambos recubiertos del mismo rencor, maledicencia y venenosa actitud. Eso sí, de verba fácil, no se les niega su valía para la disertación, la injuria, la disgregación del tema y la habilidad que tienen para llevar el agua a su molino y triturar, sobre todo, al presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero.

Pero, cuidado, que , a la vez que cuestionan su vida y su obra, no se libran otros de la maledicencia de ambos predicadores: quien más y quien menos, entre col odiado y col calumniado, cuecen en la olla de ambos amparados de la Iglesia, la más dispar lista de personajes, tales como Gallardón, Rajoy, Pepe Blanco, Obama --¡mira que no le dieron caña mientras duró la campaña electoral americana..., pero caña y saña!--Pedro Solbes, e incluso a otros medios de la información de sentimiento contrario al que siente la Iglesia y, por defecto, los referidos y, por mi, poco admirados personajes. Que los admiren otros, sus razones tendrán.

Lo cierto es que en sus prédicas tertulianas, donde se tratan de usted y de don ---dones para... (el resto póngalo usted, que sabrá hacerlo)....pero no dejan títere con cabeza.Van a Roma por Santiago, pero entre dolo y lodo, chapotean tanto que, no siendo de su mismo estigma, todo bicho viviente sale embadurnado.No se libra nadie. Eso sí, como no podía ser de otro modo, dado que están en la emisora de los obispos, muy a menudo suelen intercalar las consabidas frases de --por ejemplo-- "Dios nos coja confesados", ¿Por Dios, que haya alguna noticia buena, Filomena", "No lo quiera Dios" y así, los latiguillos que se quieran, que para tales servidores de la Conferencia Episcopal, más saben ellos que nosotros cuando hay que recurrir al que dicen que es el Sumo Hacedor...
Dios, por lo tanto, nos ha hecho imperfectos, pues en vez de admirar a semejantes personajes, lo que me hace sentir es desprecio hacia su perversión diaria de envenenar el aire, emponzoñar la vida y corromper la esperanza ciudadana española. --Y menos mal que están al servicio de la Iglesia, coño, que si no fuera así, el apocalípsis sería una pantomima.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tampoco soporto a ese par.
Un saludo.