jueves, 18 de septiembre de 2008

AMPLIANDO RAZONES

Para iniciar mi blog, he escrito lo que antecede aquí. Y como finalizo diciendo que no, que mi nombre "eso si que no", tengo que aclarar que,en realidad, mi nombre es Pelayo, es verdad, así como mi abuelo luso --no iluso, ojo-- se llamaba Viriato, en en honor al célebre opositor a los romanos, no miento en nada al firmar y afirmar que soy Pelayo, nieto de Viriato, eso sí, nadie me conoce por mi nombre, sino por el de mi abuelo, menos en los archivos policíacos y departamentos de documentación. En la Seguridad Social y en el Registro de la Iglesia y del Juzgado. Bueno, en algún que otro banco, donde administran mis deudas y me llevan mis cuartos.

El hecho fue que no sé porqué, iba a poner de título "La Cueva del Cuélebre", pero no estaba utilizable o disponible. Y todo porque existe un libro con ese título, así como existen leyendas semejantes, por lo cual en esta cueva, en que habitamos todos, si no hay cuélebres, hay diablos. Y encaja como anillo al dedo los de La Cueva del Diablo. Mejor imposible, ni más adecuado.

De momento, punto en boca. Ya habrá ocasión para despotricar sobre tantos despotricadores como pululan por aquí y por aquí, y sobre todo por Internet, donde el anonimato les permite tirar la piedra y esconder la mano. Y además soezmente, que hay algunos, que además de sus hitlerianos símbolos, parecen estar revolcados en sus propios excrementos todas las horas del día, de los que, sin meternos con ellos y donde ellos, habrá que decir algo alguna que otra vez.

Finalizo por hoy.Mañana será otra día. Además no miento si digo que preciso descansar del tremendo esfuerzo que me supuso crear este Blog. Pueden creerme. Y si no me creen, allá ustedes. Hasta más ver.

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