Por si a usted se le ocurre pensar que el título que encabeza este blog corresponde a alguna película americana, le decimos que no, que no es nada de cine ni el título ni de lo que vamos a tratar aquí,entre otras cosas, porque la realidad es más cruda que la ficción. Es tan cruda como crudos son los semejantes a Miguel Ángel Rodríguez, portavoz que fue del primer Gobierno de Aznar , el ínclito de las Azores, el tercer mosquetero que quería sacar a España del rincón de la historia. Este Miguel Ángel Rodríguez, que no puede negar que tienen un voz aflautada que, aunque sea la suya no deja de ser parecida a la de un flautín desafinado, es personaje que, en cuanto se ve contrariado a frenado en sus disparatadas disertaciones en determinados programas de televisión, como La Noria de la 5, salta tan airado como violento y más que argumentar procura ofender e insultar.
Sus palabras han sido escuchadas públicamente en más de una ocasión. Y así ocurrió en el 'ultimo programa emitido, cuando insultó a María Antonia Iglesias, primero diciéndole que" si había tomada la pastilla", a la que la periodista le dijo que era "un machista y un cabrón" respondiendo él, como buen iniciador de calumnias e improperios, que ella era una imbécil...
Esto es , que el peculiar personaje va emparejado al insulto más frecuente de lo que debiera ser propio de quien, como él, va de entendido y listo por la vida...
Aparte de que, en otros programas haya dejado evidencia de su laya e insultado del peor modo que cabe insultar a una persona, sus intervenciones públicas son, si por los suyos aplaudidas, por los demás, motivo de repulsa y de desprecio. Y si fuera de verdad un hombre de bien, no contaría como cuenta con tantos desprecios como él va acumulando a medida que acumula actuaciones públicas. ¿Son, pues, motivo de orgullo para él muchas las repulsas que va acumulando?
Lo que tengo claro es que con individuos como este --y muchos otros que se podrían citar--la reconciliación en España no será posible nunca. Son, en su fuero interno, irreconciliables, resentidos y negadores de los derechos de los demás.
Sus palabras han sido escuchadas públicamente en más de una ocasión. Y así ocurrió en el 'ultimo programa emitido, cuando insultó a María Antonia Iglesias, primero diciéndole que" si había tomada la pastilla", a la que la periodista le dijo que era "un machista y un cabrón" respondiendo él, como buen iniciador de calumnias e improperios, que ella era una imbécil...
Esto es , que el peculiar personaje va emparejado al insulto más frecuente de lo que debiera ser propio de quien, como él, va de entendido y listo por la vida...
Aparte de que, en otros programas haya dejado evidencia de su laya e insultado del peor modo que cabe insultar a una persona, sus intervenciones públicas son, si por los suyos aplaudidas, por los demás, motivo de repulsa y de desprecio. Y si fuera de verdad un hombre de bien, no contaría como cuenta con tantos desprecios como él va acumulando a medida que acumula actuaciones públicas. ¿Son, pues, motivo de orgullo para él muchas las repulsas que va acumulando?
Lo que tengo claro es que con individuos como este --y muchos otros que se podrían citar--la reconciliación en España no será posible nunca. Son, en su fuero interno, irreconciliables, resentidos y negadores de los derechos de los demás.
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