viernes, 19 de septiembre de 2008

ASOMBRO


No salgo de mi asombro, no obstante ser buen ibérico y estar ya curado de espantos. Pero es que, navegando y navegando por este mundo disparatado de la Informática, medio que aprovechan los que se aprovechan de la circunstancia democrática del momento, veo de qué manera salen a la palestra quienes mejor estarían callados, guardando un prudente silencio ante el rubor que habrían de sentir por el discurrir de la historia, cosa que, al contrario, les solivianta más y con más iracundia salen en abierto o en diferido a refrendar su odio y su irreconciliación perpetua contra todo lo que sea ajeno a ellos mismos, a su doctrina y a su deplorable historia, que naturalmente, procuran negarla, evidenciando lo acontecido, pintando bastos, donde quieren oros, y a sí vemos que, inclusive la emisora de los obispos españoles --ejemplo de reconciliación y amor al prójimo--liderada por el llamado don Federico, más que desbrozar el campo de la vida actual española, procuran que crezca y abunde la cizaña, cosa que se observa a poco que se escuche la llamada COPE.

Parece que no hay arreglo. ¿Y por qué? Un amigo me dice que porqué en España, la Iglesia predica y no da trigo; habla de caridad cristiana y carece de toda caridad; los ricos no quieren que los pobres mejoren de situación; los privilegiados no quieren perder sus privilegios...que por eso mismo, a la llegada de la pública a España en 1931, desencadenaron la guerra, originando, primero problemas, huelgas, protestas y alarmas, para después tener,ante la historia, un argumento que esgrimir, como lo hicieron, diciendo que aquella situación no podía prolongarse ni sostenerse. Y de aquella creada situación culparon a la República.

Y siguen culpándola. Ahí están rebotados como Jiménez Losantos o Pío Moa, sobradamente conocidos y sabiendo de ambos la procedencia; ahí están algunos medios periodísticos, que no menciono para no hacerles propaganda, que un día si y otro también incurren en acusaciones sobre el actual Gobierno de España y, eso sí, defendiendo el glorioso movimiento pepeístico, acierte o no acierte en sus planteamientos políticos. La cuestión está "en no enmendalla", porque si lo hicieran, dejarían de ser lo que son y ello significaría reconocer que en esta España que tiene por ídolos a los llamados Reyes Católicos, habría aceptado la existencia de otros credos, que también tienen, como españoles, razón de ser y de existir. Y eso no. Eso no están dispuestos a aceptarlo. Y así seguimos.
Eso es. Así seguimos, sí, y, lo que es peor, que seguiremos mientras no se humanice un poco nuestros curas, nuestros políticos, y, aunque no sean nuestros, los privilegiados que en este país tanto daño han hecho y siguen haciendo.

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