lunes, 22 de septiembre de 2008

SON LO QUE SON, NI MÁS NO MENOS

No se puede decir que el llamado País Vasco está de acuerdo plenamente con la existencia de ETA, ni mucho menos, claro, pero algunas veces se ha visto que se organizaron manifestaciones a favor de la independencia, que es, según dicen, lo que pide ETA. Lo cual quiere decir que no están solos los etarras terroristas. Que, a propósito, hay que decir que nacieron el las iglesias vascas.
Lo cierto es que el País Vasco es el escenario donde mayormente actúa la banda terrorista.Volvió a hacerlo este pasado domingo, con otra nueva muerte más a contar en el haber de semejantes libertadores de su pueblo.
De semejantes sujetos no cabe decir mucho, a despecho de toda la repulsa que se merecen. Son lo que son, ni más ni menos. Terroristas sin razón de ser, asesinos sin alma ni sentimiento. Matan sin mirar a quién. No tienen objetivo político que valga: se amparan en la negrura de que no son conocidos para cometer extorsiones, secuestrando, asesinando, robando, amenazando para vivir de vagos, sin trabajar y sin dar la cara. Y si no, ¿en nombre de qué hacen lo que hacen? ¿Que les justifica para cometer sus atrocidades.? Ni siquiera tienen el más mínimo pudor de ser lo que son, pues nunca han dado la cara para aclarar determinados sucesos, como los de Madrid y los doscientos muertos habidos. Les falta hasta la decencia que debieran tener como individuos.

De semejantes sujetos, uno se cansa de escuchar los políticos diciendo que les caerá todo el peso de la Ley. La Ley para estos individuos tiene que ser como en el cine: persecución y exterminio y dejarse de pamplinas y de argucias judiciales de que nadie es culpable mientras no se demuestre.Y así, los que se saben culpables, y son detenidos, a lo cuatro días salen libres. Ahí está el caso de De Juana Cho. La Ley dice que cumplió la pena que la legislación determina.Al carajo esas leyes. Esas leyes que, más de cuatro veces, se ceban en cualquier mequetrefe o cualquier infeliz con graves castigos, parecen eludir casos públicamente repudiables. Eso sí, siempre hay algún prohombre de la Justicia que justifica lo que se ve como una medida que favorece al influyente. Por eso, tal como ocurre, la Justicia en España esta mal valorada.

Y así, mientras eso ocurre, los de la ETA siguen matando. ¿Por que, para estos asesinos, no se impone una ley de caza absoluta? Ya está bien en nombre de la democracia tanta transigencia con traficantes de droga, salteadores, violadores,asesinos, ladrones y toda es laya de la peor condición que tanto --lamentablemente-- abunda en España?


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