martes, 23 de septiembre de 2008

¿NO ES DEMASIADO?



Los informativos de las televisiones no muestran menudo a las llamadas trabajadores del sexo. Hoy nos hablan de que de cada diez prostitutas, 9 son extrajeras en situación irregular, y al pareces, explotadas por crápulas o proxenetas, que las traen engañadas, ofreciéndoles trabajo honrado y, cuando llegan se encuentran con lo que se encuentran. ¿Será ciertamente así? ¿Todas son víctimas de engaño?
Sea o no así, lo que ya resulta alarmante es, no la actividad, sino la "oferta" que tan pampantemente se ofrece en plena calle por ese colectivo de mujeres públicas,sin el más mínimo pudor ni respeto a la convivencia social de las ciudades en que se han establecido, así, por la de buenas, a cara descubierta, que viene a ser prácticamente todo el cuerpo.
Pues, por si esa masiva afluencia de esa tropa fémina fuese poco en plana calle, parques y paseos, viene ahora la ministra Aído y pretende crear una bolsa de ayuda --o como se diga-- que las ampare de la explotación a la que son sometidas, al parecer, por chulos, caraduras, españoles unos y extranjeros otros.

No vamos por la vida de puritanos, ni nos cogen de nuevas esas situaciones, ni estamos libres del pecado de no haber hecho como el presidente de Cantabria señor Revilla, que pagó --según dijo-- la primera vez que supo de los placeres del sexo. Aquí, en los tiempos en que en España era pecado besar a una mujer, cogerle la mano o arrullarse, quien más y quien menos hizo uso de la carne del pecado--como dice la Iglesia--; así que de puritano, nada.

Pero esas imágenes que se dan públicamente,¿qué quieren que les diga?, a mi me resultan bochornosas y nada edificantes. Sexo sí, pero, hombre, con un poco de pudor; no con esa desvergüenza que se da en nuestras grandes --y ya pequeñas-- poblaciones.

Tampoco voy de hipócrita. Pero lo que no está bien no está bien y, además, debiera ser imposible. O sea, retirado de la calle, en efecto, donde el exhibicionismo de las "trabajadoras del sexo" parece que pasa de castaño oscuro.

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