miércoles, 29 de octubre de 2008

Demasiadas Cuevas

Mal hicimos eligiendo este título de la Cueva del Diablo: hay demasiadas cuevas con este nombre.Lo que indica que hay demasiados diablos en cuevas y fuera de ellas y, por lo mismo, que nos pueden hacer la jugarreta menos pensada. O bien -- que es mal-- la abundancia de cuevas y diablos, puede originarnos más de un dolor de cabeza ante tantas coincidencias.

Bien es verdad que, aquí como allá, cada cual ha de estar en su casa y el Diablo en la de todos. Porque, ¿ por qué no va a estar el diablo en la de todos del mismo modo que, según rezan los creyentes, Dios sí está en todas partes...?. O sea, en unas partes más en otras; aunque es de comprender que donde no esté ni haya estado poco ni mucho, algo habrán hecho en esa casa - o cueva- para que el dios referido les haya dado la espalda.

Ello, por lo que sea, debemos andar con pies de plomo, porque, bien mirado, el mayor diablo que anda suelto por ahí, originando no pocos problemas a nivel global, es el llamado Bush, George W Bush, el cual, como va disfrazado de demócrata, se permite entrar en todas partes para democratizar a quien juzgue que no lo está... Este Diablo, por lo que viene demostrando, es para temerle o para mandarle de una patada, bien asentada, a esa arte que usted está pensando.No merece otro sitio.

Por lo tanto, estoy pensando en mudarme de cueva.Buscar otro lugar en otra parte, sima o cima, para poder asomarme de vez en cuando a la puerta de mi nueva residencia y decir, alto y claro, que el mundo huele mal, que todo son ciénagas disfrazadas de jardineras; las gentes, con derecho o sin él, muestran su desprecio a etnias distintas y hasta las autoridades pasan de problemas y así, pues, viene ocurriendo lo que ocurre. Y si no, dígame: ¿Ha visto usted alguna vez, en España, la violencia que se viene padeciendo? Ni pensando mal para acertar, puede uno imaginarse la invasión de extranjeros que nos asolan e insultan, roban, desprecian asaltan, maltratan y, a veces, matan, que también ocurre eso, sin que se tomen verdaderas medidas para poner en su sitio a tanta delincuencia como estamos viendo y padeciendo, incluso desde esta cueva, que ya no es ni siquiera del Diablo.

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