lunes, 6 de octubre de 2008

TELEFÓNICA, AFÓNICA

Si no fuera porque el tema da para muchas páginas de papel o digitales, les contaría la historia que me ha sucedido con esta llamada Compañía Nacional de telecomunicación, la cual, por lo que parece, en vez de atender a los usuarios de viva voz, empleando personal de carne y sangre, prefiere atenderlo con grabaciones, voces mecánicas, palabras enlatadas, respuestas encadenadas, con lo cual, por lo que se ve, Telefónica está afónica para hablar de tú a tú a sus clientes. Esta llamada Compañía Telefónica Nacional de España, que reparte dividendos a sus favoritos, que establece precios, más que como un servicio público nacional, como una posibilidad de enriquecerse a costa de las altas tarifas que establece, mientras sus servicios no corren paralelismos con lo que cobra, no es para alabarla ni poco ni mucho, ni largo ni tendido. Y no quiera usted saber si el ADSL se avería. Aquí, como podemos dar fe, la odisea ya sobresale del espacio imaginado. A donde quiera que recurras, solo te contestan voces prefijadas, letanías estudiadas, orientaciones que desorientan, confunden y, cuando logras llegar a algún sitio, te remiten a otra parte y nuevamente vuelta a empezar con las respuestas enlatadas y mecanizadas. Y como la hipocresía comercial es desmedida, aquí pasa lo mismo. Ahora no podemos atenderle.Nuestros operarios no están disponibles. Espere un poco, por favor. Y esperas, mientras te ponen música, y te vuelven a decir hasta por cuarta vez que los operarios no estas disponibles, que intentar llamar dentro de un rato...Eso sí, previamente te habían advertido que el precio por minuto suponía tanto... Viva la Telefónica afónica de España, coño, privatizada por don José Mari Aznar y la que, a los cuatro meses, repartió grandes sumas entre sus accionistas mayores, sobradamente conocidos todos. El usuario, a tragar y a callar. Pues, conmigo que no cuenten.

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